Nacional pudo ganar la final de la Copa Uruguaya de 1903 después de una ardua disputa en la Asociación. El campeonato terminó con Nacional y CURCC primeros, con 22 puntos cada uno. Pero Uruguay Athletic presentó una protesta contra los tricolores y pidió que se le quitara un punto, con lo que perdería el campeonato. Sus dirigentes aludían que Nacional había presentado el prospecto (hoy formulario) fuera de tiempo.
Sin embargo, el 28 de noviembre de 1903 en el diario El Tiempo apareció una crónica relatando los hechos. Dice que cuando terminó el partido entre ambos equipos, Miguel Nebel, capitán de Nacional, le llevó el formulario a Mac Cullin, capitán de Uruguay, para que lo completara. Este se negó a hacerlo porque no recordaba el nombre de todos los jugadores y se comprometió a llenarlo antes de los siete días de plazo que les daba la Asociación y dejarlo en el comercio del secretario de su club para que lo retirara Nebel. Un día antes de vencer el plazo, Nebel pasó por ese lugar y el formulario no estaba.
Tres días después, Uruguay Athletic envió una carta a la Asociación y adjuntó el formulario. En la misiva solicitaba que se le quitara un punto a Nacional porque no había cumplido con el reglamento.
En aquellos tiempos la Liga era dominada por los ingleses, de manera que cuando los delegados de Nacional presentaron sus argumentos de defensa, los ingleses decían no entenderlos.
Fue así que el club realizó una maniobra maestra. Cambió a sus delegados por otros que supieran hablar inglés. Estos, con una exposición tan sencilla como implacable, comenzaron a ganar el torneo. Dijeron: “Los partidos deben ganarse en el field y no en las deliberaciones de la comisión”. Así se aseguraron jugar la final, que entonces no tenía fecha fijada.
Cuentan las publicaciones que recrean el fútbol de los primeros años de 1900, que el 28 de agosto de 1904, un carro tirado por una yunta de caballos ingresó por el portón del campo de juego del Prado donde Nacional y CURCC estaban por disputar la final de la Copa Uruguaya de 1903.
Los equipos ya estaban formados en la cancha para comenzar el partido y los tricolores tenían solo siete futbolistas. De pronto, de la carroza bajaron los hermanos Céspedes y Gaudencio Pigni ya vestidos con la camisa de Nacional.
Los bolsilludos aplaudían eufóricos y los de CURCC miraban desconcertados, porque sin la presencia de ellos el encuentro sería de fácil solución.
Los hermanos Céspedes y Pigni huyeron de la guerra civil que se desencadenó en 1904 y que provocó la suspensión del campeonato de fútbol de ese año. Sin embargo, la Liga igual fijó la final de la Copa Uruguaya de 1903 que había quedado trunca.
Fue así que el político Pedro Manini Ríos, hincha de Nacional, le solicitó al presidente de la República, José Batlle y Ordóñez, que permitiera el regreso de los prófugos para que disputaran la final. Llegaron de mañana y permanecieron en secreto hasta la hora del partido, en el que fueron fundamentales, ya que el tricolor ganó 3-2, con dos goles de Bolívar Céspedes y uno de Carlos Céspedes.
Nacional alineó ese día con varios juveniles, porque los integrantes del equipo titular estaban en los batallones; CURCC, en tanto, estaba compuesto por extranjeros y jugadores libres de ir al Ejército debido a que trabajaban en el ferrocarril.
La final se llevó a cabo en la cancha de Albion –entonces ubicada en 19 de Abril, cerca de la calle que hoy es Juan Carlos Blanco–, y fue arbitrada por el argentino Guillermo Jordan. Los registros cuentan que había más de 6 mil personas observando el espectáculo.
Fragmento del libro Del fútbol heorico: “Cuando más acaloradas eran las discusiones del partido, cuando más explosivo era el entusiasmo por presenciarlo, un acontecimiento angustió a la nacionalidad, apretando los corazones; estalló en la República la guerra civil. Como consecuencia de ello se suspendió la temporada oficial de fútbol. Nuestra juventud, dividida entre colorados y blancos, acude presurosa a defender sus ideales; unos marchan a las cuchillas con el fin de integrar el ejército de Aparicio Saravia y otros se alistan en los batallones y regimientos de guardias nacionales”.
El equipo de Nacional estaba disperso en 1904 y por eso amenazó con no jugar la final. Gonzalo Rincón estaba en las legiones de Aparicio Saravia, Miguel Nebel en la clandestinidad y Pigni y los tres hermanos Céspedes se habían marchado a Buenos Aires huyendo al rigor de las levas.
Este artículo formó parte de la serie "Campañas" que semanalmente, entre el 27 de marzo de 2006 y 1° de marzo 2010, publicó El Observador en su edición impresa y que en estos tiempos de encierro permitirán recordar las mejores actuaciones de equipos e individuales en todos los deportes en Uruguay
- Liverpool 1974, un negriazul lleno de magia
- Uruguay 1999, la historia de la sub 20 que terminó cuarta en el Mundial de Nigeria
- Uruguay 1992: cuando la maldición de los JJOO no daba tregua al fútbol celeste
- Peñarol 1952-1957, el tercer quinquenio de los aurinegros
- Nacional campeón de la Recopa Sudamericana e Interamericana
- El récord de 36 goles de Fernando Morena en 1978
- Una época que emociona a Nacional: el quinquenio y la máxima goleada clásica
- Peñarol y el mayor récord de partidos invicto por el Campeonato Uruguayo
- El récord del Flaco García que duró 70 años, hasta que lo rompió Munúa
- Peñarol campeón de América en 1987
- Bella Vista campeón del Uruguayo de 1990
- Defensor de 1960, la primera estrella violeta y estrenó los revolcones a los grandes
- Peñarol ganó el campeonato Uruguayo 1959 tras un clásico para el infarto
- Floreal García, el boxeador tupamaro
- Copa América de 1935, cuando nació la garra charrúa
- Aguada campeón Federal 1974, el equipo que rompió todos los pronósticos
- Goes campeón Federal en 1947, el título que llegó con el empuje de un barrio
- Una hazaña bien uruguaya: Fabini y Meerhof campeones del mundo de snipe en 1989
- Irlanda conoció la garra charrúa con los Teritos en 2001
- Cuando Wanderers pasó de la B a la Copa Libertadores
- La historia se lo imponía, y Nacional arrasó en el Campeonato Uruguayo de 1998
- La primavera de Marcelo Filippini en 1997: el año soñado del tenista celeste
- La inolvidable Liguilla donde nació el Peñarol campeón de América 1987
- La noche que Peñarol enmudeció a Estudiantes de La Plata en la Supercopa de 1969
- Old Boys 1975, el grito del león que quedó en la historia del rugby uruguayo
- Cuando Uruguay clasificó a Italia 1990 de la mano de Ruben Sosa
- Primera Vuelta Ciclista del Uruguay: cuando no solo era pedalear
- Uruguay campeón sudamericano de 1995: cuando reinar en América era algo habitual
- Uruguay 1982: los pibes de oro en acción que se llevaron el Sudamericano
- El día que Margarita Grun demostró a los 31 años que podía mejorar su velocidad
- La era dorada de Peñarol en básquetbol: campeón Federal 1982 en conquista memorable
- Cordón 1992: el año que pasó la aplanadora
- Los Cuervos 1959-60: los carasucias del rugby
- Uruguay 1993: repatriados, esa mala palabra que marcó una época gris del fútbol uruguayo
- Florbel Pérez, de Neptuno a semifinalista en natación en los Juegos Olímpicos de 1952
- El año que Defensor Sporting fue campeón en tribunales de la AUF
- Cuando Carrasco Polo empezó a ser grande
- La selección uruguaya de waterpolo que hizo historia en 1929
- La Mennais 1992-2002: un huracán de color celeste
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá