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Pedro Garra: le hizo honor a su apellido

Fue uno de los iniciadores del snipe y en 1975 conquistó, con Ricardo Mignone, un bronce Panamericano; también logró el bronce en la clase finn en los Juegos de San Pablo 1963

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06 de julio de 2020 a las 05:02

Corre el año 1960 y el médico Pedro Garra asiste al cirujano Federico Latourette en una operación. En la charla técnica se cuela la inevitable pasión: la náutica. “Vamos a comprar un snipe”, se dijeron y lo bautizaron Bisturí. Una embarcación que marcó una época en el yachting uruguayo bajo el timonel de Garra. La operación fue un éxito.

Hasta ese entonces el snipe solo reconocía en Uruguay algunas construcciones en Paysandú en la década de 1930 y otras posteriores hechas en el club Neptuno.

Pero en 1959, tras el Mundial de Porto Alegre, el Yacht Club Uruguayo (YCU) se interesó por la clase y le encomendó a un carpintero la construcción de una flota.

Eso permitió que en la década de 1960 surgiera la primera generación de snipistas nacionales, un deporte que cosecharía con los años grandes éxitos deportivos para Uruguay.

“Pedrín fue un grande y uno de los iniciadores del snipe junto a otro grande como (Horacio) García Pastori. Fue un innovador, un avanzado y un tenaz deportista que hacía honor a su apellido. Por eso yo siempre bromeaba al decir que ‘yo soy el único que compito con Garra’”, recordó a El Observador Ricardo “Caíto” Mignone, su tripulante en la década de 1970.

García Pastori, Comodoro del Yacht Club Punta del Este (YCPE) desde hace 12 años, fue durante dos décadas el gran protagonista del snipe nacional junto a Garra: “Más que rivales éramos compañeros; era una época para aprender y compartíamos nuestros conocimientos para mejorar. Además en las competencias internacionales siempre estábamos juntos”, rememoró.

El primer éxito

Para los Juegos Panamericanos de San Pablo 1963, Garra fue como suplente de García Pastori en snipe pero una vez en tierras brasileñas y ante la escacez de embarcaciones en clase finn fue invitado a competir.

“Lo embalaron y Pedrín aceptó”, contó García Pastori. Ganó la medalla de bronce sin nunca antes haber corrido en esa clase. Antes del snipe, Garra corría en la clase finkeel ya que Nautilus y el YCU disponían de esas flotas. Antes de probar con el snipe abandonó aquella clase ganando el Nacional de 1960, donde corrió contra su padre Adolfo, quien le enseñó a navegar a los tres años.

Un clásico

Durante tres décadas Bisturí se convirtió en un clásico del snipe uruguayo al ganar 11 veces el Nacional en forma consecutiva, pero nadie puede precisar cuál fue el total de éxitos locales.

Al comienzo de la década de 1970, Garra cambió de tripulante incorporando a Mignone.

“Fuimos rivales mucho tiempo pero en 1967 yo vendí mi barco para estudiar veterinaria y al tiempo empecé a correr con él ganando un Nacional”, recordó Caíto.

El binomio aprovechó por entonces el resurgir de la clase. En 1973 al influjo de la dupla García Pastori-Félix Leborgne, el YCPE encargó una nueva flota de snipes y solicitó organizar el Mundial de 1975 –el primero en la historia de Uruguay–, donde estos últimos fueron cuartos en la mejor actuación de una embarcación nacional por aquellos años.

Un bronce histórico

En 1975 Garra-Mignone fueron seleccionados para defender a Uruguay en los Juegos Panamericanos de México. Como no podía ser de otra manera el binomio volvió con un éxito en la valija: una histórica medalla de bronce.

“Las competencias se desarrollaron en Valle de Bravo, pasando Toluca, a 12 kilómetros de México DF, en un lago hermoso rodeado de montañas que hoy es la Punta del Este azteca”, recordó Mignone. “Cuando llegamos nos dieron para entrenar un barco que no iba para atrás ni para adelante. Luego la organización trajo cascos de Estados Unidos, entonces el día del sorteo Pedrín quería hablar para que nuestro barco quedara afuera del sorteo porque era malo. Pero resulta que yo llegué un poco antes y cuando él pidió para hablar con los organizadores yo lo codeé y le dije que se callara porque en el sorteo el barco le había tocado a los argentinos. A nosotros nos tocó uno muy bueno, que de entrada salió disparado. El barco argentino no anduvo nada”, expresó Mignone.

Así el binomio uruguayo ganó el bronce detrás de los míticos estadounidenses Jeff Lenhard y Dave Ullman –constructores de velas, cascos y mástiles– y una dupla brasileña profesional, conocida por ser fabricantes de velas de snipe.

“Nosotros éramos amateurs y ahí radica la importancia de nuestro logro”, agregó. Tal es así que ese mismo año ganaron el premio de yachting, que el Círculo de Periodistas Deportivos del Uruguay entrega anualmente, además de estar nominados al Charrúa de Oro. Y tal vez, sin saberlo, sembraron en el mar las semillas del éxito.

OPINIÓN DE PEDRO GARRA (H) (*)

“Una inspiración”

Creo que mi padre fue una inspiración para mucha gente del deporte actual, así se lo recuerda. Fue sin dudas un profesional en el sentido más amplio de la palabra, por su dedicación al desarrollo del deporte, por comprender las cosas más útiles y por compartir sus experiencias con los demás ayudando a todos los competidores. Después de cada torneo que disputaba en el extranjero reunía a todos los snipistas y charlaba sobre sus nuevos aprendizajes. Tenía apuntes, estadísticas y mucha lectura sobre la navegación porque fue así como aprendió. Navegar fue su pasión al punto de que hasta último momento no dejó de hacerlo a pesar de que sus fuerzas ya menguaban.

* Snipista. Arrancó como tripulante de su padre en 1982, es timonel desde 1985 y este año clasificó al Hemisferio 2008

* Este artículo formó parte de la serie "Campañas" que semanalmente, entre el 27 de marzo de 2006 y 1° de marzo 2010, publicó El Observador en su edición impresa y que en estos tiempos de encierro permitirán recordar las mejores actuaciones de equipos e individuales en todos los deportes en Uruguay